Para que una imagen tenga credibilidad debe tener un fondo que la sustente, un conocimiento y experiencia que respalde la actividad a la que se va a dedicar.
Hemos iniciado una campaña política una vez más, y en esta ocasión, el uso de las plataformas digitales exigen que los estímulos visuales que deben tomar en cuenta los candidatos sean más amplios y rigurosos, ya que éstas permiten estar expuestos de manera exponencial. Por esta razón, hoy más que nunca su imagen pública debe ser más escrupulosa y respaldada por un mensaje claro, bien definido y coherente.
En política, una buena imagen -o una imagen bien cuidada-, es un recurso muy poderoso que se logra a través de un proceso de enseñanza, que le facilitará al candidato convencer al votante, acceder al poder y ejercerlo de la mejor manera. En el juego de la imagen pública existen ciertos secretos que un político, y propiamente el aspirante a alcalde, ya no puede ignorar. Son herramientas visuales muy robustas que le permitirán al votante procesar más fácilmente la percepción que se tiene del candidato de su simpatía, y de esta manera, contribuirá a que se elija al mejor representante de su gobierno local.
Ciertamente, para que una imagen tenga credibilidad debe tener un fondo que la sustente, un conocimiento y experiencia que respalde la actividad a la que se va a dedicar, ya que al buen líder se le reconoce por sus resultados, no solamente por sus buenos deseos de servir, un discurso lleno de promesas y/o la cantidad de aplausos que recibió por él.
En esta elección, los ciudadanos ya queremos y merecemos políticos profesionales comprometidos con la representación que nos ofrecen, y esto quiere decir que su imagen física, oratoria y conocimiento de la función pública debe estar a la altura de lo que esperan los electores.
Una buena imagen pública se compone de tres pilares fundamentales: apariencia, comportamiento y comunicación (verbal y no verbal), es imposible que uno conviva sin el otro, es decir, éstos elementos son indispensables y son requisitos para impactar de manera positiva ante todos los públicos objetivo a los que se deben dirigir, se trata de sostener debidamente el fondo y la forma, o sea, la esencia y la percepción visual que se tiene del candidato.
No estamos hablando de crear un personaje “que caiga bien” y gane votos; todo lo contrario, porque una imagen sin una estructura natural corre el riesgo de no satisfacer la expectativa creada y por ende se expone al castigo inmediato por la falta de sensibilidad y transparencia. Aún así, un magnífico curriculum o una excelente actitud para gobernar sin una imagen armoniosa y adecuada, carecerá de fuerza para brindar la seguridad y confianza que el elector busca en él. Algo importante en estas elecciones, es que están apareciendo caras jóvenes que ofrecen sus nombres para contender, sin embargo, deben recordar que, de ganar, representarán a una comunicad de todas las edades por lo que el manejo de su imagen en todos los aspectos sociales no se puede escatimar.
“Yo siempre he sido así y así me tienen que elegir”, puede escucharse muy honesto entre los políticos de más edad, pero en la actividad pública es impertinente y hasta arriesgado pasar por alto el buen manejo de los diferentes estímulos verbales y no verbales con que se están creando las imágenes de cada uno de ellos. Un representante de gobierno local se debe a los ciudadanos de todos los estratos sociales y por lo tanto debe saber ubicarse en cada uno de los lugares y actividades especiales en los que se encuentre, esto, con el fin de congeniar adecuadamente con cada uno de ellos.
Por otra parte, sabemos que el proceso de decisión se basa mayoritariamente en emociones y no en razones, somos totalmente visuales, por lo que les sugiero a los señores candidatos que se detengan a analizar por ejemplo, sus fotografías de campaña, los ángulos escogidos, las posturas y el lenguaje no verbal, el manejo de la luz, los colores, la ropa y accesorios usados en general … ¿comunican autoridad y poder?, ¿está seguro que el votante de todas los sectores y edades se siente representado por usted?
Actualmente, la mayoría de los partidos políticos, están conscientes que el candidato que aspira a ocupar un determinado cargo, debe tener una imagen favorable entre los militantes de dicha organización y del electorado en general, por ese motivo, deberían tomar en consideración que las grandes agrupaciones políticas en otras partes del mundo cuentan con sus códigos de vestimenta y comunicación formalmente establecidos, y enseñan a sus aspirantes a presentarse tal cual.
Una buena imagen siempre es asociada con eficiencia, calidad, seriedad y lo más importante, otorga poder.