Empecemos por recordar que un vendedor es el representante directo de una compañía, por lo que debe estar a la altura de las expectativas y la reputación de dicho negocio.
En Imagen Pública se habla a diario de la coherencia que debe existir entre el lenguaje corporal, el tono de voz, la palabra escrita y hablada, y por supuesto, la ropa y la apariencia, para que un profesional de las ventas logre su objetivo.
También se hace incapié en la importancia de los primeros 7-30 segundos, durante los cuales todos los seres humanos se forman una idea de quien tiene al frente a la hora de las presentaciones.
Es vital que el vendedor sea refinado, luzca buenos modales, educado, y con una presencia impecable. Estas herramientas no solo darán seguridad y confianza al ejecutivo, sino que ayudarán a que su cliente pueda crear mejor empatía hacia él.
Todo comunica, desde el lapicero y estado de los zapatos que llevamos puestos, hasta la presentación del carro en el que andamos, y esos conceptos los tiene que conocer muy bien un vendedor.
Pero está claro que, aunado a estos atributos, dicho colaborador está obligado a conocer perfectamente su producto y su empresa, llegar siempre puntual a sus citas, ofrecer una sonrisa franca y amigable, estrechar la mano de manera correcta, conducir apropiadamente sus juntas de negocios en cualquier sitio (oficinas, restaurantes, etc); saber iniciar una conversación que facilite un buen cierre posterior, hacer uso adecuado tanto de la agenda como del teléfono, etc.
¿Sabe usted de qué manera se expresan de manera escrita sus colaboradores?, ¿cómo están haciendo uso de sus redes personales, y qué escriben en ellas?
Después de todo, no hay que olvidar que lo que se vende no tiene que ser solamente un producto o un servicio, sino relaciones duraderas que permitirán en un futuro seguir cerrando contratos. Además, la experiencia nos dice que no siempre se efectúan los cierres a la primera, pero si logramos impresionar en forma positiva a ese cliente, nos tendrá en el recuerdo cuando se le presente la oportunidad de firmar con la compañía.
En esta época de globalización, todos tenemos que “aprender a vendernos bien”. Ya sabemos que desde nuestra entrevista de trabajo inicia la oferta para que se interesen en nuestras aptitudes y conocimientos, así que estas recomendaciones que les acabo de compartir, nos servirán de mucho tanto en nuestra vida privada como en la profesional.